¿Qué es?
La manteca de karité es un ingrediente natural que, por sus increíbles propiedades y nutrientes, se ha convertido en uno de los básicos de todo tipo de formulaciones cosméticas, especialmente en los últimos años.
Una sustancia comestible y utilizada en la cocina local entre otros usos, está compuesto principalmente por diversos ácidos, oleico, esteárico, linoleico, linolénico… Y de ahí que su principal propiedad sea la hidratación.
¿De dónde es? y ¿Cómo se obtiene?
El árbol de karité, original del oeste de África y típico de países como Burkina Faso, Mali o Sudán, es el punto de inicio de esta ‘manteca’ que se obtiene tras procesar la pulpa y la piel de su fruta. Una vez obtenido el aceite, este se prensa y se deja enfriar hasta conseguir la pasta con textura cremosa que reconocemos como la manteca de karité.
¿Qué propiedades tiene la manteca de karité?
La manteca de karité presenta una gran lista de nutrientes que lo convierten en un auténtico tesoro para tu piel, se utiliza en todo tipo de productos para el cuidado personal, desde la cara al cabello o el resto del cuerpo, debido a sus magníficas propiedades como:
- Gran capacidad para hidratar y suavizar la dermis.
- Antioxidante natural.
- Alto contenido en ácidos grasos.
- Trata problemas como la psoriasis, el acné.
- Incrementa la cantidad de agua de la piel.